Increíblemente uno de las facciones que posiblemente pueda verse tremendamente afectado por estos movimientos no sea otro más que la Unión Europea, pero más concretamente España; entre un panorama tecnológico que está empezando incluso a definir las legislaciones que se toman en distintos países y una tormenta política suscitándose por el BREXIT, España se ha encontrado a sí misma apenas saliendo de la anterior crisis que había azotado su economía de manera cataclísimica (causando un amplio nivel de desempleo y desahucios) apenas hace cinco años.
Es ahora cuando apenas estamos terminando la segunda década del siglo XXI cuando la batalla campal de la tecnología entre las potencias mundiales está incluso dictaminando las legislaciones que se van dando alrededor del mundo: estamos hablando de la batalla campal que se está librando entre los motores de combustión interna en contra de los motores eléctricos…batalla en la que estos últimos han ido tomando cada vez más terreno, perfilándose definitivamente como los que tienen buena parte de la batalla ganada.
Basta ver nada más el reciente movimiento legislativo que se ha aprobado en Francia apenas hace un par de meses en el que se propone el 2030 como la fecha tope para la circulación de vehículos de combustión interna en París, extendiéndose esta medida para todo el país en 2040.
Aunado al amplio avance que han tenido este tipo de motores tanto en sustentabilidad como en potencia, y a las amplias restricciones que se le están poniendo a los motores de combustión en cuanto a su circulación por las ciudades, el panorama se ha vuelto especialmente desalentador para la industria automotriz española que ha decidido volcar su visión en la dirección del motor diesel de bajas emisiones (supuesta emisión cero) en lugar de invertir en la fabricación de motores eléctricos.
Este tipo de noticias no han llegado a oídos sordos, sino que han tenido una fuerte penetración en el público y en sus actitudes. Estadísticas y datos macro económicos de España y Galicia muestran como luego de las decisiones tomadas por el gobierno francés, las ventas en total de los vehículos con motores de combustión se han desplomado estrepitosamente.
Estos datos son apoyados por las estadísticas manejadas por empresas financieras que develan la caída de los préstamos rápidos destinados al financiamiento de autos, lo cual a su vez deja en evidencia la expectativa y desconfianza del público ante el panorama que se avecina.